Madame sin fronteras

Desde Mai Chau y sus verdes campos de arroz me dirigí a Dien Bien Phu, el último pueblo cercano a la frontera que había elegido para cruzar a Laos, antaño escenario de la última gran batalla contra la ocupación francesa y hoy un lugar desangelado con una marcada vida local lejos del turismo, aunque con los servicios mínimos necesarios para cualquier viajer@ que se deje caer por ahí. El cruce de frontera parecía fácil, llegar en bus, mostrar el pasaporte para obtener el preciado sello de salida de Vietnam, cruzar a Laos y tramitar la visa allí mismo (VOA le llaman… Visa On Arrival), pues… « ¡no madame! here is not possible VOA, you must go to Hanoi and get the visa in the Lao’s Embassy» , palabras textuales del policía vietnamita que, más tarde, resultó ser un ángel, por lo mucho que me ayudó a transitar esa incómoda e inesperada situación que me supuso volver a la casilla de salida (Hanoi) en un recorrido de 12 horas en un animado y peculiar bus de camas dobles y comida local gratis. 

Pasé la noche en la ciudad del caos y al día siguiente pude tramitar mi visado en la embajada de Laos en pocas horas y volver a la frontera el mismo día…¡y en el mismo bus!  pero ahora en 17 horas (las mismas que tardé de Barcelona a Ho Chih Min…yes!). Fue muy divertida la reacción de los chicos del bus y del policía al verme de nuevo regresar al mismo punto en tan poco tiempo, no creo que mucha gente haga algo tan loco.

Y esta vez sí, con mi flamante visado y mi sello de salida de Vietnam, crucé la frontera y con el mismo bus me dirigí a mi primer destino en Laos, un pueblo a 150 km de la frontera, Muang Khua, donde me enamoraría por primera vez en este viaje…

STOP!

Antes de continuar por Laos, me queda pendiente hablaros de la ciudad de Vietnam por la que pasé, casi sin planearlo, 3 veces: Hanoi, la que yo llamo la ciudad del caos ordenado.

La primera vez que pasé por Hanoi fue bajo una lluvia constante que casi no paró en dos días y que más tarde, estando ya en las montañas del norte, me enteraría que había provocado grandes inundaciones en la ciudad. Pero, aquí, la vida no se para porque caiga “un monzón de ná” (mi vena cordobesa ya salió), así que me uní a un free tour en español para conocer un poco más de la historia de Hanoi, recorriendo su “old town” junto a un grupito de 15 compatriotas más en viaje vacacional con los que pude por un momento compartir conversación en castellano y en “català”! 

La segunda vez en Hanoi fue de paso hacia Mai Chau y me fue bien para poder recorrer sus calles en un día soleado (calles literalmente, pues no hay aceras o están ocupadas por motos, negocios, gente comiendo, animales…). Esta vez también pude vivir la experiencia de ver pasar el tren por una calle bien estrecha en la famosa “train street” y callejear sin más, abriendo todos los sentidos para captar la quinta esencia de una ciudad en la que el aparente caos esconde un increíble orden que solo alguien que viva allí comprende. Y ahora sí, me gané el “máster en cruce de calle” danzando entre miles de motos, coches, bicicletas y otros vehículos circulando a golpe de bocina.

Y la tercera y última vez en Hanoi es la historia que ya conocéis y que continúa en el país vecino, Laos. ¿Me acompañas?

Deja un comentario